La madrugada del sábado nos dejo un gran artista mexicano, a los 57 años se fue al mundo de los descarnados Jorge Reyes a causa de paro cardiaco. Se quedó dormido en su estudio y ya no despertó.
Autodefinido como etnomúsico, Jorge Reyes es considerado uno de los artistas más reconocidos en la escena musical contemporánea mexicana, su obra abarca un amplio rango de experimentación sonora, incorporó instrumentos prehispánicos a la música rock, jazz y electrónica y creó su propio género musical, el cual definió como tloque nahuaque (música corporal con canto armónico).
Reyes nació en 1952 en Uruapan, Michoacán, estudió flauta transversa en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) antes de optar por un estilo propio. En la década de los años 60 hizo un viaje a Europa en una aventura de aprendizaje musical que le llevó a Alemania, donde estudió música clásica, electrónica y jazz. También viajó a India donde estudió la música tradicional hindú y tibetana.
A su regreso a México formó los grupos Al Universo y Nuevo México, hizo sus primeras fusiones mezclando rock con instrumentos mesoamericanos como el teponaztle, caparazones de tortuga y caracol. En 1980 fundó con Armando Suárez el grupo Chac Mool. Fue flautista y guitarrista de la agrupación e imprimió sus conocimientos musicales en cuatro discos y le dio al grupo su característica esencial: la creación de atmósferas con letras profundas que trasladaban al escucha a un mundo fantástico.
La aparición de Chac Mool coincidió con el boom del rock mexicano; la instrumentación del conjunto fue pionera al incorporar violoncello, mandolina, timbales, sintetizadores, flauta e instrumentos prehispánicos.
En 1985, Chac Mool se disolvió y Jorge comenzó una prolífica carrera de solista que le llevó a ser uno de los músicos mexicanos más reconocidos del mundo. Jorge Reyes se caracterizó por presentar música popular mexicana y por concebir sus conciertos como ceremonias rituales prehispánicas, en las cuales sintetizó sus investigaciones musicales y viajes para formular lo que es la columna vertebral de su propuesta sonora: la mezcla de sonidos autóctonos y prehispánicos con la tecnología musical avanzada de los procesadores de sonido, armonizadores, ecos y sonidos guturales. Ejemplo de ello fueron los tradicionales conciertos que ofrecía el Día de Muertos en el Espacio Escultórico de la UNAM, una reivindicación de los principios sagrados de las culturas mesoamericanas, donde el músico aparecía como jaguar.
El cubano Piro, fundador del grupo Ritmo Peligroso, dijo: “La muerte del gran Jorge Reyes es una gran pérdida para la música mexicana; conviví con él muchas veces a través de los años, nuestra amistad se remonta a finales de la década de los 70 cuando todavía colaboraba con Nuevo México. Dejó un legado musical muy importante”.
Jorge Reyes grabó 26 álbumes, destacan: A la Izquierda del Colibrí (1985), Comala (1986), Ek Tunkul (1987), Viento de Navajas (1988) y la obra fundamental Bajo el Sol Jaguar (1991). Además de Nierika (1989) y El costumbre (1993), entre muchos otros.
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